amigo, en o.
Isidro Fernández Rozada del PP tenía una tía. Nemesia. Una tía que charlaba asturiano pero no comprendía el asturiano escrito, lo que sirvió a Isidro Fernández Rozada para dar de comer la Academia de la Llingua. Jaque mate, asturianos: Mi tía, que no sabe asturiano, no comprende asturiano. Ella dixebra, le dedicaría una canción: Tía Nemesia. Eran los 90 y tiempos de color de rosa para la reivindicación de la lengua asturiana: al fin parecía cerca la ansiada oficialidad, apoyada en la mayoría de los casos por los asturianos en las urnas, y su reivindicación llenó las calles de Oviedo de tumultarias manifestaciones un año tras otro. Izquierda Unida lo apoyó; Naturalmente, contó con el acompañamiento del entonces animado Partíu Asturianista; el PP no se negó a apoyarlos; En el PSOE, un fuerte campo asturiano ganó tajantemente, forzando el voto de adentro, si bien lo perdió frente al todopoderoso Júpiter del socialismo asturiano, José Ángel Fernández Villa, un asturfalante poco presto a honrar su lengua.
Isidro Fernández Rozada, el político de La Cerezal, expresidente del @PP_Asturias, diputado autonómico y nacional y senador, en nuestra carpa tras la firma. Asturianos de todos y cada uno de los partidos firman contra la introducción de la lengua inventada. pic.twitter.com/LrBoVN5Sfc
Mazo: Es realmente difícil no percibir esa palabra al pisar suelo madrileño. Se usa como sustituto de muy/muy. La norma establecida para charlar como un local es integrar 3 mazos por cada cinco expresiones.
Del tiempo y como es natural: Si deseas un café helado que aguante las elevadas temperaturas del este, entonces tienes que soliciar un café del tiempo. si de tiempo Lo que se comprendería por café calentito en el resto de España tiene allí un concepto totalmente diferente. Por contra, si deseas agua de tiempo, tienes que llamarla agua natural. Los valencianos no tenemos ganas agua del tiempo, ni a temperatura ámbito: solo natural.
Una reivindicación general y transversal
La dignidad asturiana fué siempre y en todo momento una preocupación habitual; Popularidad, cuyas cantidades específicas se examinaron por vez primera en 1991 con una encuesta sociolingüística, que recogía una clara mayoría popular en pos de la coautoridad, que no estaría de sobra en investigaciones siguientes. Ninguno de los enormes partidos asturianos los defendió en ese instante, pero la entrada de la coalición asturiana PAS-UNA en el parlamento regional ese año con un diputado -que el PAS sostendría en la próxima legislatura hasta 1999- aceleró el posicionamiento de su El favor de Izquierda Unida para retar este lote electoral desde la izquierda (el Partido Asturiano representaba un extenso centro «cruzado» al estilo del PRC cantabrio, si bien las investigaciones detallan que su base electoral se encontraba en buena medida en exactamente el mismo punto que la de IU, a la izquierda del PSOE) y un enfrentamiento popular con movilizaciones fundamentales que llegaron asimismo al interior del PSOE, el partido hegemónico en la zona que siempre y en todo momento se decantó en pos de la Llingua, fueron escenciales para hacerse con el estatus de coautor.
El Partido Socialista siempre y en todo momento ha guardado 2 ánimas en este tema: por una parte, los revolucionarios, contrincantes malévolos de la normalización del lenguaje, que van a tener en Javier Fernández un siniestro gerente; por otra parte, la conveniente, encarnada por personalidades como Amelia Valcárcel, protectora de una visión de Asturias como actor en un marco internacional a lo largo de la transición.