Comúnmente, en el arte católico occidental, el fruto del árbol se representa como una manzana, originaria de Asia Central.
Fresco de Miguel Ángel en la bóveda de la Capilla Sixtina
La caída del hombre, grabado de Albrecht Dürer
¿La fruta prohibida era una manzana, una uva o un higo?
Ciertas opciones que barajan los especialistas en la materia sobre qué fruta podría ser este bocado histórico son las uvas o los higos. Por extraño que parezca, todos, de manzana a manzana, están magníficamente representados en el catálogo de Helios. Mucho más que “prohibidos”, estos exquisitos frutos están premeditados a ocupar de vida nuestros platos desde primera hora de la mañana hasta entrada la noche.
Los desayunos de torradas con alguna de nuestras variedades de manzana son ya un tradicional. La mermelada plus, obtenida a mano con parte y media de fruta de Navarra, Aragón, Cataluña y La Rioja por cada envase de 340 gramos, acompaña la primera comida de múltiples generaciones. Un nuevo preferido en todas y cada una de las viviendas es la pasta orgánica con un 70% de fruta y el 0% de mermelada sin azúcares añadidos, la base de una repostería saludable.
Entonces, ¿qué es el árbol del conocimiento del bien y del mal?
Como el árbol de la vida, el árbol del conocimiento del bien y del mal era un árbol real que medraba en la mitad del Jardín del Edén. Dios les ha dicho a Adán y Eva que podían comer del fruto del jardín salvo del fruto de ese árbol. Además de esto, Dios mencionó que si comían del árbol, indudablemente morirían. No poseemos ninguna razón para opinar que la fruta en sí fuera perjudicial o venenosa. En verdad, la Biblia afirma que el árbol se veía apetitoso a lo largo de la tentación de Eva por la parte de Satanás. Génesis 3:6 afirma lo siguiente: “En el momento en que la mujer vio que el árbol era bueno para comer y que era interesante a los ojos y que el árbol era deseable para lograr la sabiduría, tomó de su fruto y comió y asimismo dio algo de a su marido que se encontraba con ella, y comió.”
Es esencial comprender que el pecado no entró en el planeta por comer el fruto, entró en el planeta de Adán por su resolución de desobedecer a Dios. dominio. Romanos 5:12 enseña aún mucho más este punto: “Por consiguiente, como el pecado entró en el planeta por un hombre, y por el pecado la desaparición, de esta manera la desaparición pasó a todos y cada uno de los hombres, por cuanto todos pecaron”.
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