El perfil de dependiente son las formas de proceder que muestra un individuo adepta a cualquier substancia que afectan a la manera en que frecuenta tener relaciones con su ambiente y con quienes le cubren.
Si bien no hay una personalidad adictiva, los psicólogos señalan una secuencia de aspectos o síntomas sicológicos que se muestran en la mayor parte de los pacientes que padecen adicción. Esto no significa que todos y cada uno de los aspectos estén siempre presentes, puesto que cada individuo es única, pero todos están aproximadamente presentes. La conducta adictiva sirve como vía de escape para huír del padecimiento que causan síntomas como los que se describen ahora.
- Soy frágil. El tolerante dependiente tiene baja autovaloración, lo que quiere decir que con frecuencia son durísimos consigo mismos.
- Contrariedad para administrar responsabilidades. La compromiso frecuentemente abruma a la persona y de ahí que trata de localizar tácticas para evitarla.
- Baja tolerancia a la frustración. Los pacientes dependientes tienen enorme contrariedad para regular y supervisar sus conmuevas.
- Hipersensibilidad a la crítica. La persona no admite ninguna crítica y se ofende de forma fácil.
- rigidez de pensamiento. El tolerante no exhibe elasticidad en su pensamiento y frecuenta guiarse por esquemas de pensamiento basados en categorías y axiomas inamovibles. Este pensamiento polarizado (blanco – negro) no deja rincón a la enorme escala de grises, lo que quiere decir que no hay sitio para la verdad.
- Temor al rechazo. La carencia de asertividad es extendida y consecuentemente no hacen servir sus derechos ni su opinión por miedo a ser menospreciados.
- Buscar la aprobación del resto (obsesión por la imagen). El tolerante acostumbra centrarse en las relaciones entre personas en pensamientos relacionados con lo que el resto opínan de él y en enseñar una aceptable imagen de sí a costa de reprimir sus pensamientos y conmuevas.
- Inestabilidad sensible. El tolerante de forma frecuente vive en una montaña rusa sensible con cambios de humor que pasan de la alegría al disgusto en escaso tiempo.
- Búsqueda instantánea del exitación. Frecuenta tener relaciones con el “gancho de las conmuevas positivas” que desata la liberación de dopamina en nuestro entendimiento y se hace cargo de que el tolerante “desee mucho más”.
- Perfeccionismo. El tolerante siente que debe llevar a cabo todo con perfección, en caso contrario fracasará.
- impulsividad. La contrariedad para conducir las conmuevas es una incesante en la adicción.
- Egocentrismo. Se identifica por la sensación de ser el centro de las miradas de todos.
- Disforia. Se refiere a la existencia de malas intenciones como irritabilidad, tristeza,…
- intolerancia al padecimiento. La persona tiene adversidades para lidiar con la afección y no tiene capacidades de afrontamiento funcionales.
- Bajo término de sí. El tolerante tiene baja autovaloración y se siente menos apreciado en las comparaciones que hace con el resto.
- Intolerancia a la rutina. A la persona le cuesta bastante admitir el aburrimiento y trata de evitarlo a toda costa.
- Búsqueda de experiencias. Zuckerman (1979) lo detalla como la necesidad de presenciar experiencias variadas y complicadas y el deseo de correr peligros físicos y sociales por el fácil deseo de gozar semejantes vivencias.
- controlador. La persona de manera frecuente utiliza patrañas u otros trucos para poder su propósito.
- inmadurez. El accionar del dependiente adulto es mucho más propio de un individuo joven. Hay un estancamiento evolutivo que asimismo se refleja en su pensamiento y en su expresión sensible.
- Propiedad de la ansiedad. Este aspecto se relaciona con la inclinación del tolerante a accionar con temor en distintas ocasiones de la vida día tras día. Es una manera de ser permanente y pervive en el tiempo.
- Indecisión. Tiene relación a la sensación de amenaza, paranoia y/o nerviosismo que se desata en el momento en que se disparan alarmas sicológicas que afectan la calma de la persona.
- Necesidad de ejercer control. La carencia de control les crea inseguridad por el hecho de que no tienen idea de qué forma lidiar con la inseguridad.
- Enorme contrariedad para tomar resoluciones. Acostumbran a soliciar a los que les cubren, singularmente a los que admiran, que prosigan su método en vez de evaluar el suyo.
- Contrariedad para administrar y administrar el agobio. El tolerante no tiene capacidades para llevarlo a cabo y el agobio lo abruma, busca tácticas de escape en vez de afrontamiento.
- Enorme contrariedad para amoldarse al cambio. Luchan por el hecho de que el ambiente se amolda a ellos en tanto que los cambios crean mucha ansiedad
- Inconvenientes de privacidad: Sentimientos de soledad y falta de pertenencia.
¿Cuál era el perfil clásico de un dependiente? ¿De qué manera está actualizado?
Discutiremos las primordiales diferencias entre los 2 concretes ahora.