Cerca del 78% de los ucranianos se identifican como cristianos ortodoxos, de los que cerca del 30% forman parte al Patriarcado de Moscú con 45 diócesis y prácticamente 20.000 parroquias.
(ZENIT Novedades/Roma, 27/02/2022).- La invasión rusa a territorio ucraniano empezó en la madrugada del jueves 24 de febrero, escasas horas una vez que el Papa hiciese otro llamamiento a la paz y declarase un día de ayuno. para rezar tiene asimismo una dimensión religiosa de no poco valor. En este sentido, el aspecto espiritual, si bien no sea una “guerra religiosa”, tiene un peso muy importante.
Ucrania es un país de 41,5 millones de pobladores, la mayor parte de los que se identifican como cristianos ortodoxos. No obstante, este cristianismo ortodoxo se dividió en 2 ramas hasta el colapso de la Unión Soviética en 1991: 1) la «Iglesia ortodoxa ucraniana», que dependía del Patriarcado de Moscú desde el siglo XVII, y 2) la «Iglesia autocéfala ucraniana». «. ’, surgido en 1917 en el contexto de la revolución soviética.
«Pila bautismal para tres naciones»
«Desde ese momento», añade, «la Iglesia ucraniana siempre y en todo momento ha funcionado como una metrópolis autónoma de Kiev bajo el Patriarca de Constantinopla. No obstante, asimismo es considerable la existencia de las metas latinas. Un hecho atrayente es que la metrópoli de Kiev jamás rompió de manera oficial la comunión con Roma por ningún acto o archivo solemne. Por ende, todas y cada una de las Iglesias ortodoxas ucranianas y la Iglesia católica griega se reconocen como iglesias de “la única pila bautismal en Kyiv, que en sí forma una interfaz sólida para el diálogo ecuménico”, como escribió San Juan Pablo II en su viaje apostólico enfatizado a el país en 2001.
Ucrania no es solo la cuna del cristianismo ruso, sino más bien «una pila bautismal para tres naciones: Ucrania, Bielorrusia y Rusia», añade el padre Yuriy Blazayevsky. “No obstante, la argumentación nacionalista no funciona con la situación de la Edad Media, en tanto que el término nación empleado el día de hoy en Europa en el sentido moderno solo se remonta a la llamada ‘primavera de los pueblos’ en la década de 1980. de 1840″. En lo que se refiere a la primacía nacional, el sacerdote y periodista da la próxima información: “Kyiv, capital de Ucrania, establecida en el siglo V; Moscú, capital de Rusia, fue establecida en 1147 por entre los hijos inferiores del Enorme Duque de Kyiv.
Comprensión entre fieles
Nataliya Karfut, teóloga greco-católica ucraniana, asegura la convivencia pacífica entre greco-católicos y ortodoxos en Ucrania. “Hay buenas relaciones entre los fieles. Existen muchos matrimonios mixtos en Ucrania. Generalmente, las relaciones ecuménicas entre los habitantes de Ucrania siempre y en todo momento fueron buenas”.
Además de esto, «la guerra ha unido a la multitud en Ucrania», afirma. “No hay riñas entre los fieles de las distintas iglesias. Todos y cada uno de los ucranianos se sienten unidos por el hecho de que cada individuo en Ucrania sabe que en este momento está en juego la supervivencia. Esto tiene por nombre ecumenismo de supervivencia y de sangre”.
Mucho más cerca de Bartolomé
En verdad, Epifanía, que entonces fue escogida Metropolitana de Kyiv y de Toda Ucrania (título comparable al de Patriarca), levantó gradualmente su congregación robustecida en todo el país y ganó cada vez más parroquias y las puso bajo su autoridad espiritual y no la de Rusia. Además de esto, está de manera simbólica mucho más relacionado al Patriarcado Ecuménico de Constantinopla, la otra enorme corriente ortodoxa encabezada por el patriarca Bartolomé. Todo lo mencionado en menoscabo del Patriarcado Ortodoxo de Moscú. Esto ha provocado un enorme malestar tanto entre Kirill como entre Putin, quien piensa que su coalición con la Iglesia es escencial para su defensa del «ruso».
El resto de las comunidades cristianas de Ucrania asimismo han rechazado lo que ven como una injerencia rusa en su soberanía nacional. En este sentido, Sviatoslav Shevchuk, el máximo gerente de los católicos helenos fieles a Roma, los llamados uniatos, logró una declaración clara. En unas afirmaciones recientes a un conjunto de embajadores de la Unión Europea, resaltó que «nos encontramos cerca de la multitud».