Los síntomas más frecuentes son:
Mal en la rodilla. Fallo en la pierna al precipitarse. inflamación de la articulación. rigidez articular.
Lesiones de rodilla tras accidentes de deportes (rotura de ligamento meniscal), lesiones por sobreuso en corredores (tendinopatía), lesiones de cartílago y lesiones degenerantes como la artrosis de rodilla
Síntomas de artrosis de rodilla
Por norma general, en el momento en que un individuo lleva a cabo la patología, el síntoma básico del tolerante con artrosis de rodilla es el mal. En la mayoría de los casos, es un mal suave al comienzo, que por norma general unicamente se experimenta con una actividad física importante y desaparece de manera rápida en el momento en que la persona descansa. No obstante, si esta clase de artrosis ahora fué diagnosticada, es muy normal que la persona que la sufre experimente mucho más afecciones al caminar y estos síntomas acostumbran a prosperar tras caminar un tiempo.
Otro síntoma que se aúna al mal es la rigidez y contrariedad para plegar y estirar la pierna. Este sentimiento es mucho más profundo en el momento en que llevas bastante tiempo en silencio. Otro síntoma de esta artrosis es el chasquido que se genera en el momento en que el tolerante procura plegar la rodilla.
Artrosis de rodilla secundaria:
En estas situaciones de artrosis de rodilla, hay un desarrollo patológico antes de la humillación del cartílago que puede ofrecer sitio a una degeneración articular o artrosis de rodilla, o hablamos de una lesión aguda producida, como una fractura o una lesión complicada de tendones y meniscos… que asimismo puede derivar más tarde en una artrosis de rodilla. En estas situaciones, y gracias a que el cartílago no se “gasta” con la utilización, sino más bien que hay una nosología preexistente o acontecimiento previo que lleva a la artrosis, a veces se genera una artrosis secundaria de rodilla en personas jóvenes.
Una artrosis secundaria de rodilla se genera, entre otras muchas cosas, a consecuencia de los próximos procesos o nosologías: