Otoño y también invierno, NOA
Pero el otoño y la primavera, en el momento en que las temperaturas diurnas promedian los 20 grados y no hay amenaza de lluvia, son las temporadas idóneas del año. La altitud de los viñedos, entre los 1.700 y los 3.000 metros, es uno de sus primordiales atractivos.
Las Sendas del Vino Argentino están entre las mucho más escogidas por los fanaticos del vino: por la calidad de los servicios que dan, pues cada zona combina el enoturismo con los atractivos naturales y por el hecho de que se puede gozar todo el año. Merced a la generosidad de la naturaleza y las condiciones climáticas, un paseo por la Argentina del Vino se transforma en un viaje inolvidable. Como es natural, cada región ofrece un plan diferente, no solo por las tareas de las bodegas y viñedos, sino más bien asimismo y más que nada con lo que se puede realizar en el ambiente. Para ordenar su próximo viaje a Argentina, le señalamos ahora los más destacados tiempos de viaje para todas nuestras zonas.
Primavera-Verano, Patagonia
Estos viajes representan un valor añadido al ambiente enológico
La oferta turística de la que se ocupa el enoturismo asimismo da otros complementarios ocupaciones como: procesiones, excursiones por caminos, visitas a rincones naturales, degustaciones o visitas guiadas con enfoque gastronómico. Por consiguiente, proponen una enorme ocasión para conjuntar naturaleza, gastronomía y vino.
Cualquier fecha funciona bien para el enoturismo, sin embargo, es conveniente conocer las bodegas y viñedos a fines de verano y principios de otoño, que encajan con la temporada de vendimia. El desarrollo de vendimia se realiza a lo largo de los meses de agosto, septiembre y octubre, con lo que puedes explotar esta clase de visita turística para comprender de primera mano y de cerca este desarrollo.
Ruta del Vino Rioja Alta
La región de la Ruta del Vino Rioja Alta pertence a las zonas de La Rioja con una oferta muy diferente para el enoturismo: visitas a bodegas, catas, maridaje con la gastronomía riojana y considerablemente más.
Completa la oferta turística con una visita al Museo Vivanco de la Cultura del Vino para entender mucho más intensamente la tradición vitivinícola riojana por medio de la arqueología, la estatua y la pintura.
Con la llegada del otoño empieza la estación “dorada” para el bodeguero, temporada de cosecha en el momento en que el campo se llena de aromas a tierra mojada tras la lluvia, la pampana que cae al suelo y deshoja la vid, revelando las uvas ahora maduras, doradas o azuladas, para ser cosechadas. Los que han vendimiado recordarán el fragancia del aceite para aceitar el resorte de las tijeras, como es natural el fragancia de la leña encendida para cocinar al pie de la viña, el fragancia de la vid cosechada por la mañana tras remojar primero el rocío, el mosto, la uva. Asimismo un regusto, el del «reflejo» en los riñones en el momento en que llegas a casa tras un día entero de vendimia, pues seamos francos, la vendimia no es la celebración que nos vende el cine.
Un viñedo se puede crear en cualquier sitio, el horizonte es único
En el momento en que llega el otoño, en el Valle de Ezcaray, el tinto del vino se integra al de la naturaleza.
Y de este modo, con la caída de las primeras hojas, empieza entre las temporadas del año mucho más interesantes para conocer La Rioja, y mucho más si sucede en hospedajes con encanto como el Real Valle Ezcaray, en pleno un paraje natural con un paisaje único ahora tan solo 2 minutos de la Villa de Ezcaray.
Naturaleza, enoturismo, gastronomía y cultura se dan la mano a lo largo de estos días en hasta 112 ocupaciones que recopila «La Rioja Turismo». “La programación incluye varias promociones similares con nuestras tradiciones y cultura, tal como con el turismo de naturaleza y aventura, poco a poco más habitual”, ha señalado Eduardo Rodríguez Osés, directivo general de Cultura y Turismo del Gobierno de La Rioja.
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