Como se mentó previamente, llegar a Bucarest es dependiente bastante de la zona donde te halles, pero indudablemente el avión es la manera mucho más rápida y favorable de viajar en el momento en que no andas cerca de la región primordial. La mayor parte de los vuelos de todo el planeta aterrizan a través del aeródromo mundial Henri Coanda (Otopeni) en Bucarest, que está a unos 12 km al norte de la región rumana mucho más grande. Para otros vuelos, existe la posibilidad de llegar a un aeródromo considerablemente más pequeño llamado Baneasa (Aurel Vlaicu).
Por servirnos de un ejemplo, si andas en España, es simple y económico volar a Bucarest y llegar desde el campo de aviación al centro de la zona, puesto que existen muchas compañías aéreas operando en los dos países. Hay sendas entre Bucarest y múltiples ciudades españolas como: la ciudad más importante de España, Barcelona, Valencia, Bilbao, Alicante, Ibiza y muchas otras.
Autobús desde el campo de aviación de Bucarest al centro
La manera mucho más económica desde el campo de aviación de Bucarest al centro es el autobús 783.
Plaza de la Revolución, la mucho más histórica rincón en Bucarest
Fuimos a otro sitio de visita obligada en Bucarest, Revolution Square, que fué testigo de ciertos hechos históricos esenciales.
Hay un colosal edificio que fue la sede del Partido Comunista Rumano lugar desde el que el dictador Ceaucesco pronunció su último alegato en el mes de diciembre de 1989 antes de escapar en helicóptero en el momento en que la localidad se sublevó.
Timisoara, una vocación cosmopolita
Durante los siglos, Timisoara y la zona de Banat han prosperado, impulsadas por la energía y el talento de sus ciudadanos de toda Europa. Mucho más de 30 etnias distintas han vivido aquí a lo largo de generaciones: rumanos, alemanes, húngaros, serbios, croatas, italianos, españoles y búlgaros. Ciudades ortodoxas, católicas, judías, protestantes, luteranas, musulmanas y otras que hayan podido expresar su religión o ideas en paz y independencia.
En 1771, Temeswar imprimió el Temeswarer Nachrichten, el primer periódico alemán en Europa central y sudoriental. Aquí se colocaron la primera biblioteca pública y el primer cine, y el día de hoy la localidad tiene tres teatros estatales en tres lenguajes distintas.
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