A lo largo de la Segunda Guerra Mundial, se establecieron mucho más de 15.000 campos de concentración y exterminio en todo el territorio controlado por la Alemania nazi.
Auschwitz era un complejo de distintas campos de exterminio. Fue el campo de concentración con mayor concentración de judíos. Tenía una aptitud para 400.000 presos. En los cinco años que estuvo abierto allí fueron mandadas mucho más de 1.300.000 personas, el 90% de ellas murieron.
Sobre la arena mojada
El gobierno francés, desbordado por un éxodo masivo que absolutamente nadie podía vaticinar -incluyendo las autoridades republicanas españolas, a las que varios asilados culparán del caos- supo desde el comienzo que debía supervisar y aislar a los hombres retratados como una amenaza de subversión por una prensa de derecha que no tenía la duda de que aire eran exagerados- los desmanes del bando republicano (» los curas-asesinos») a lo largo de la guerra civil en España.
Tras el reasentamiento de mujeres, jubilados y pequeños en diversos puntos del país, próximamente se pusieron en desempeño una secuencia de campos de concentración en las estribaciones de los Pirineos y en especial en las playas del Mediterráneo próximas a la frontera, albergando a unos 270.000 hombres, la mayor parte excombatientes del Ejército Republicano.
El Frente Habitual proseguía aplicando la ley
El 11 de junio de 1936, Abc, nuevamente con la izquierda -en esta ocasión el Frente Habitual- en el gobierno, comunicaba del «Emprendimiento Jiménez Coronado», Directivo General de Cárceles, «para crear un campo de concentración de indigentes y maleantes en Lanzarote». desempeño a lo largo de un par de años.
El franquismo no derogó la ley, sino la extendió a otros colectivos como los gays ahora en los años 50. En el mes de febrero de 2009, el entonces ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, charló de la «ley franquista de vagos y matones». De esta manera se titula la página web del PSOE, que semeja haber olvidado que antes que fuera avalada por el franquismo, esta ley fue aprobada por la Izquierda Republicana y con el acompañamiento del PSOE y otros partidos, y que abrió los primeros campos de concentración en España, meses una vez que el nazismo instalase campos de internamiento del mismo nombre para presos políticos en Alemania.