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¿Donde el mar no tiene dueño?

Luis Jiménez Dávila nos pregunta sobre el formulario EOM, nos enseña la complicada situación que se muestra al localizar navíos hundidos en aguas de todo el mundo y exactamente en qué se distingue de localizarlos en el mar territorial de un estado.

Tratándose de navíos hundidos o naufragios, saber quién es su dueño puede ser una labor dificultosa. Ya que en dependencia del valor de tasación probablemente halla varios usuarios potenciales para el barco, es bien difícil detectar a un solo dueño. Tampoco hay una legislación en todo el mundo clara sobre esto.

Aguas de todo el mundo: definición

Aguas de todo el mundo son todas y cada una de las áreas marítimas que no forman parte a una unidad territorial ni a una entidad económica. Gracias a esto, no hay leyes que regulen las ocupaciones en estas áreas. Es el derecho en todo el mundo el que actúa estos espacios no reclamados.

Por ende, sí hay una ley que perjudica a las aguas de todo el mundo, y esta ley se hace según con los tratados de todo el mundo firmados por la mayor parte de los países. No obstante, estos tratados y leyes con frecuencia tienen lagunas legales, lo que transporta a opinar que todo es viable en estas aguas.

Un mar sin Poseidón

Urbina no nos hace soñar con hazañas en la mitad de gigantes olas, contadas con benevolencia. No nos hace meditar en autores legendarios como Verne o Hemingway, ya que aquí nada tiene el aura de la aventura del pasado, sino más bien la pasión del presente, intrincado, políticamente de hoy, de manera convincente real y no obstante tan atrayente como una fábula.

El dios Poseidón no está en nuestros mares. De ahí que no hay nada mitológico en Lawless Oceans, todo está esmeradamente documentado y contado tan bien que deseas continuar leyendo. Tal es la situacion del deslumbrante informe sobre la persecución en el transcurso de un mes de entre los arrastreros que Interpol tenía en su lista de criminales pesqueros de todo el mundo impunes. Los observadores que se adentraron en aguas antárticas para apresarlo eran integrantes de la organización ecologista Sea Shepherd, que financia sus ocupaciones con las aportaciones de refulgentes figuras de todo el mundo del espectáculo como Sean Penn, Uma Thurman, Martin Sheen o Mick Jagger, entre otros muchos.