Los alimentos salobres y dulces nos saben mucho más extraños en el avión, por el hecho de que de pronto los alimentos salobres nos semejan insípidos y los dulces no son muy intensos. Eso es por el hecho de que nos encontramos en una cabina presurizada y la presión es bajísima, además de esto hay falta de humedad.
Las compañías aéreas tienen un menú bastante achicado, pero imagínate sostener inmensidad de platos a temperatura ámbito y más que nada frescos todos y cada uno de los días. Pocas veces nos atrae y, en la mayor parte de las situaciones, en general no posee gusto.
Y no es sencillo elaborar comida a diez.000 o 12.000 metros sobre el nivel del mar a una agilidad de entre 800 y 900 km por hora. Por esa razón la mayor parte de la multitud tiene la comida lista por adelantado.
El estruendos en el avión
Sobre este último aspecto que influye en nuestra percepción de la comida en el avión, debemos aclarar algo.
En una investigación de 2015 se observó que el estruendos fuerte al que nos encontramos expuestos en el transcurso de un vuelo perjudica a unos deseos y a otros no.
Todos estos procesos tienen que cambiar indudablemente el gusto
Algo afín pasa con el vino. Ciertas variedades pierden su aire de clase después de la publicación y, para eludir semejantes cambios, las compañías aéreas eligen vinos afrutados, bajos en acidez y bajos en taninos.
De qué forma la comida distribuida en el avión se ve perjudicada por todo el desarrollo de preparación, refrigeración, humedad y ámbito.
El día de hoy les contamos entre las curiosidades mucho más comentadas por nuestros estudiantes que trabajan: ¿sabías que nuestro sentido del gusto nos cambia en el avión?
Estas son las primordiales causas por las que cambia el gusto de la comida en el avión:
- A mucho más de diez.000 metros sobre el nivel del mar, el sentido del gusto y del olfato cambia.
- La carencia de humedad asimismo tiene un efecto aparte de bajar la presión del aire, lo que asimismo resulta ser un hándicap para los sentidos.
- La temperatura, los aromas, el aspecto y la rigidez asimismo contribuyen a determinar de manera diferente el gusto de los alimentos.
- Estos cambios solo suceden en el gusto salobre y dulce, al paso que los sabores agrio y amargo se sostienen prácticamente sin cambios. Como resultado, nos agradan mucho más ciertos géneros de alimentos que otros.
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