Conocido popularmente por el viejo nombre del campo de aviación: Campo de aviación de Vigo-Peinador o sencillamente Campo de aviación de Peinador. La vieja forma Peinador recibe el nombre de que el campo de aviación de aquella temporada se edificó al lado del vecindario del mismo nombre, en la parroquia de Torroso, en el concejo de Mos.
Esta es la historia del Campo de aviación de Vigo, desde su construcción y el fallido diseño de Jenaro de la Fuente hasta esta época. El 20 de abril de 1954, fue autorizado para el tráfico aéreo en su estado original. Una historia que empieza en 1927 en el momento en que el gobierno considera de interés general la construcción de un campo de aviación aduanero en Galicia. Al tiempo, se abrió el puerto de Vigo a los hidroaviones. En el tercer mes del año de 1929 se abrió al tráfico oficial de hidroaviones en el puerto marítimo y la ría de Vigo. Como complemento a estas instalaciones, se decidió crear un “campo de aviación marítimo” en la playa de Cesantes, en el término municipal de Redondela.
El ingeniero y geógrafo Francisco Senac estuvo en Galicia en 1936 con trabajos topográficos y le sorprendió la guerra civil. Debió conocer la región de As Gándaras en Porriño para poder ver si de esa región podían despegar unos combatientes que habían llegado en barco a Vigo, verificando que se encontraba prácticamente anegada.
Prácticamente siete décadas de historia
Más allá de que se abrió a vuelos turísticos civiles, nacionales y también de todo el mundo en 1954, tiene mucho más historia que aquella Vigo, que hacía escala en Salamanca y Oporto para transportar correo y correo Pero jamás se realizó situación. A fines de exactamente la misma década, el puerto de Vigo se abrió a los hidroaviones.
En la campiña de Peinador se propuso la iniciativa de hacer un aeródromo y el Municipio de Vigo impulsó las proyectos. No obstante, los fondos no fueron suficientes y varios de los vecinos debieron trabajar un par de días por mes en proyectos de construcción de manera gratuita, lo que se ha podido eludir pagando 12 pesetas. Estas proyectos han quedado paralizadas tras la apertura de la línea entre Sevilla y Santiago en 1937 y han quedado innecesarias en Vigo. Con esto, el Municipio insistió y el Ministerio del Aire volvió en 1940 a acometer esta obra.