- En el caso de enfrentamiento, tienes que sostener la tranquilidad. Es preferible salir de una habitación y regresar después para retomar el tema. Si nos encontramos enojados antes que el enfrentamiento se intensifique y no tengamos la posibilidad conseguir una solución edificante, es mucho más positivo salir un rato de la habitación y regresar al tema con tranquilidad y calma.
- Antes de charlar, escucha a la otra persona. Ejerce la escucha empática y activa. En otras expresiones, en el momento en que escuches, olvida tu criterio y ponte en el sitio de la otra persona, sin tener en cuenta las reacciones egocéntricas y no tomando sus expresiones como un ataque.
- Charla con la otra persona y dile de qué forma te sientes con seguridad. No tiene que ver con criticar a la otra persona o evaluar sus acciones, hablamos de charlar de uno mismo y de sus sentimientos. Suprima sus mensajes y reemplácelos con mis mensajes.
- No juzgues a la persona, sino más bien al accionar.
- Ten en cuenta que enfrentar un enfrentamiento no tiene que ver con ver quién lleva razón y quién no. Precisamente las dos partes llevan razón y al tiempo ninguna de ellas lleva razón. Hablamos de buscar una solución que resuelva el malestar sensible. Por consiguiente, una actitud abierta y maleable es fundamental.
- No procures resoluciones donde entre las 2 partes deba ceder en pos de la otra. Juntos, buscar novedosas elecciones donde las dos partes deban ceder y conseguir un beneficio común.
- Olvídese de enfrentamientos pasados y céntrese en el enfrentamiento presente. En ocasiones, en un enfrentamiento, tendemos a dejar caer lo que nos se encontraba molestando, lo que crea una tensión aún mucho más superflua y nos distancia del enfrentamiento de hoy y, por ende, de su resolución.
- Hacer un tiempo de seguridad en la familia donde todos logren expresar sus sentimientos, críticas y también intereses sin temor ni vergüenza.
Finalmente les dejamos una infografía resumen con todo explicado
Las patologías causan enfrentamientos familiares
En la actualidad hay un elevado número de patologías de transmisión sexual. Que son indudablemente la razón número uno para promover las diálogos familiares.
Es inaceptable que una relación se sostenga por un buen tiempo en el momento en que entre los integrantes del clan familiar es la causa aparente de enormes discusiones y enfrentamientos que tienen su origen en la promiscuidad de sus integrantes.
Las clases de inconvenientes familiares más frecuentes
Estos son las clases de inconvenientes familiares que suceden con una mayor frecuencia, sin integrar el castigo (que no es tanto un inconveniente familiar como una falla del Relación). ).
Los inconvenientes familiares que llevan a la gente a asistir a psicoterapia se fundamentan frecuentemente en vivencias interpretadas como protestas o agresiones por la parte de un familiar (o múltiples) y visto que la parte que provocó ese malestar lo hiciese disculpándose o tratando arreglar el el daño provoca que el enfrentamiento se arraigue y, ocasionalmente, aflore con apariencia de fuertes razonamientos.
En dependencia de la causa del inconveniente
En un caso así, el foco del inconveniente puede ser múltiples y acontecer simultáneamente. Observemos qué crisis acostumbran a suceder:
- Crisis del ciclo vital. Medrar significa novedosas responsabilidades, nuevos permisos o enormes pasos como casarse o jubilarse.
- Crisis ajenas. Brotan de un hecho de afuera y la crisis ordena a buscar a los responsables.
- Crisis estructurales. Comprometen el resurgimiento de enfrentamientos pasados.
- Crisis de atención. Brotan en núcleos familiares donde hay un individuo ligado y cuyo cuidador se siente limitado para efectuar sus ocupaciones comunes.
Enfrentamiento entre padre y/o madre y también hijos
La adolescencia tiende a ser el foco de este género de enfrentamiento, que tiende a estar relacionado con las restricciones que el padre o la madre imponen a la los pequeños imponen el desarrollo del niño.
En el momento en que somos pequeños, los hermanos acostumbran a luchar. El inconveniente es en el momento en que medramos y hay otra gente, herencias, etcétera. por el medio. En consecuencia, se piensan los más frecuentes y perdurables.
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