- Aplica una compresa ardiente. El calor calma la tensión y relaja los músculos merced a su efecto vasodilatador.
- Toma una ducha o baño ardiente para calmar la tensión.
- Mantén una aceptable posición e impide los movimientos repetitivos del cuello.
Hay una conexión muy angosta entre el agobio y la tensión muscular. El agobio por norma general puede estar relacionado con distintos inconvenientes de origen psicológico, así como: B. un sentimiento de frustración, temor, furia, miedo, ansiedad o depresión.
En varias oportunidades -quizás mucho más de manera frecuente de lo que la multitud considera que precisa- es requisito buscar asistencia de un sicólogo, asesor espiritual, trabajador popular o psiquiatra. Contarle a un amigo sobre sus inconvenientes sin que deba ofrecerle una solución o un consejo asimismo puede contribuir a calmar la tensión.
Un individuo con agobio frecuenta pasar por tres fases:
- etapa de alarma o lamedura. El cuerpo genera mucho más energía y con ella cambios químicos en ella. El cerebro manda señales y se activa la liberación de hormonas. Estos provocan una reacción en cadena en el cuerpo, como tensión muscular, incremento del ritmo cardiaco, incremento de la circulación sanguínea y se aguzan los sentidos. En esta primera etapa, los músculos ahora sienten una primera señal de probables síntomas tensionales.
- Etapa de resistencia. Sigue en alarma. Es bien difícil o irrealizable lograr un estado de relajación, y el cuerpo prosigue secretando hormonas activas, creando un estado de alarma incesante.
- Etapa de agotamiento. Esta etapa es la mucho más complicada puesto que el agobio se regresa crónico y el estado de alarma sigue en el tiempo sin ofrecer un respiro al cuerpo. El poder de resistencia se agota y los inconvenientes físicos y mentales se agudizan. No hay reposo, incrementa la liberación de cortisol, la tensión amontonada se cronifica y hace aparición la ansiedad.
Hacer un diagnostico el agobio es difícil, pero existen algunos indicadores que asisten a identificarlo. Los indicadores fisiológicos se muestran con distintos síntomas físicos como cefalea, debilidad, patologías de la piel, mal de espalda, mal de cuello, mal de hombro, mal de pecho que puede confundirse con un infarto, etcétera.
¿Por qué razón aparece el mal de cuello?
El cuerpo es un reflejo de lo que nos pasa por la parte interior, con lo que no es de extrañar que en él se alojen todas y cada una estas conmuevas, tanto expresas como no expresadas.
Un apunte interesante que lo asegura es un análisis de la Facultad Aalto que revela de qué manera experimentamos las conmuevas en el cuerpo. El resultado fue que todos y cada uno de los competidores en el ensayo, con independencia de su cultura, encontraron conmuevas básicas y complicadas en el mapa corporal y fueron firmes al llevarlo a cabo.
Causas de la rigidez del cuello
Los movimientos repetitivos que implican el cuello por último conducen a esa molesta rigidez, tensión o tensión muscular.
Por ejemplo causas, las más habituales son:
Meditación
La meditación es otra estrategia que te va a ayudar a tranquilizarte. No es algo que ande de un día para otro, pero si tiene inconvenientes de agobio con regularidad, indudablemente sería algo atrayente a fin de que pruebe. En combinación con otras tácticas, la meditación no solo te asiste para conducir el agobio, sino asimismo te hace considerablemente más siendo consciente de qué instantes te tocan mucho más y de qué manera se reflejan en tu cuerpo.
Como una solución rápida, sugiero esta meditación para dejar en libertad la tensión en el cuello y los hombros y entrenar tu atención para eludir la tensión.
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