Tipo: Cala de rocas y grava, 80 metros de largo y 5 metros de ancho
Ubicación: A 12 km de Sant Joan y 6 km de Sant Miquel
Verano 2022
El Municipio de Xàbia controla el ingreso a la bahía. Entonces, si está de visita este verano, vaya temprano o no va a poder aparcar. Unicamente se puede estacionar en zonas habilitadas y hay gente que se hace cargo de que absolutamente nadie deje el vehículo en el sitio equivocado. Si hay vacantes, van a dejar pasar un turismo.
Si bien es incómodo proceder a esta playa, hoy en día estas playas están un tanto masificadas merced a las ofertas que se hacen para ellas (en este blog, “orina culpa” por ejemplo) o en comunidades como instagram
¿Conoces Cala Portixol y La Granadella?
Cala Portxol es una pequeña cala de aguas transparentes en la costa norte de la provincia de Alicante, a pocos km de Jávea. Es un espacio perfecto para esos que procuran un ámbito relajado y relajante en un ambiente natural único. Sus aguas son idóneas para nadar, bucear y realizar snorkel. Además de esto, tiene un pequeño puerto pesquero que le da un encanto particular.
Cala Granadella, por su lado, es una playa de arena fina y aguas transparentes en la costa sur de la provincia de Alicante, a unos diez km de Jávea. Esta playa está cercada por un increíble paisaje de ásperos barrancos y pinos mediterráneos. Pertence a las playas mucho más populares de la región por su hermosura natural y la pluralidad de servicios que da, como alquiler de hamacas, sombrillas y material para deportes acuáticos.
¿De qué forma llego a Es Portitxol?
El sendero a Es Portitxol no es moco de pavo, salvo que, naturalmente, tengamos un barco. Tienes que estacionar el turismo cerca de la urbanización Isla Blanca y prepararte para un interesante recorrido bajo el sol por la costa. Eso sí, la carretera de Es Portitxol es hermosa en esta una parte de Ibiza, conque les aconsejamos la ruta.
Una vez llegamos a la playa nos ofrecemos cuenta de que no hay un espacio verdaderamente cómodo para tumbarse, en tanto que toda la bahía está formada por còdols, unos guijarros redondos que hacen que sea prácticamente irrealizable tumbarnos. En el momento en que los dueños no estén cerca, posiblemente logre explotar la posibilidad y pararse en frente de las chozas de pescadores que bordean toda la bahía.