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¿Qué hizo mal Colón?

Esclavizó a los indígenas

A lo largo de sus años en América, Colón forzó a los indígenas a trabajar para conseguir ganancias. Después envió a cientos de «indios» taínos a España para vender, y varios de ellos fallecieron a lo largo del viaje.

Tras mucho más de un mes de viaje, la tripulación de Colón se encontraba exhausta y sus hombres áridos, con severos síntomas de desnutrición y escorbuto, al filo de la separación y en el final de su atadura, inmediatamente antes del motín, en el momento en que apareció un presagio divino.

Enormes bandadas de pájaros sobrevolaban la pequeña flota, dando valor y promesa a los expedicionarios. La existencia de las aves era un serio rastro de que la tierra no se encontraba lejos.

Esclavizó a los originarios

En sus viajes por las islas del Caribe y las costas de América Central y del Sur, Colón se halló con originarios a los que llamó «indios».

Según History.com, Colón y sus hombres esclavizaron a varios de estos originarios y los trataron con extrema crueldad y brutalidad.

EL PRIMER VIAJE A LA INDIA (RESUMEN DE LAS RELACIONES DE FRAY BARTOLOMÉ DE LAS CASAS)

Este es el primer viaje y las derrotas y el sendero que logró el almirante Cristóbal Colón en el momento en que descubrió la India. en resumen, sin el prólogo que logró a los reyes, que va al grano y empieza de este modo: In Nomine Domini Nostri Jesu Christi.

Por el hecho de que, cristianísimos y altísimos y muy consagrados y muy poderosos Príncipes, Rey y Reina de España y de las Islas del Mar, Señores Nuestros, en este año de 1492, una vez que Vuestras Altezas terminaron la Guerra del moriscos, los reinados en Europa, y haber terminado la guerra en la muy grande localidad de Granada, donde este año por un par de días en el mes de enero vi por la fuerza de las armas, como las banderas reales de Vuestras Altezas en las torres de la Alhambra, que es la fortaleza de aquella localidad, y vi salir por las puertas de la región al rey moro y besar las manos reales de Vuestras Altezas y del príncipe, mi señor, y después este mes de entender esto tuve Vuestra Altezas de las tierras de la India y un príncipe llamado Enorme Cánido (que significa Rey de Reyes en nuestro romance) en tantas ocasiones como él y sus ancestros ​​habían enviado a Roma a soliciar médicos en nuestra sagrada fe que le enseñaran en ella, y para ello jamás había proveído el Santurrón Padre, perecía él y muchos pueblos, suponiendo en la idolatría o abrazando sectas de corrupción, Vuestras Altezas, como cristianos católicos y príncipes, amantes y promotores de la santa fe cristiana, y contrincantes de la secta de Mahoma, y ​​todas y cada una de las idolatrías y herejías Reflexionaron en mandarme a mí, Cristóbal Colón, a estas unas partes de la India, para poder ver estos príncipes, y las ciudades y tierras, y su arreglo, y todo, y el sendero llevándolos a su conversión a nuestra santa fe; y me mandaron que no fuese al oriente por tierra, donde es práctica, sino más bien por el sendero del poniente, el que hasta este día no entendemos con alguna fe alguna que pasó alguno. En exactamente el mismo mes de enero, después que hube expulsado a todos y cada uno de los judíos de nuestros reinos y señoríos, Vuestras Altezas me mandaron proceder a estas unas partes de la India con un ejército bastante. y en cambio me hicieron enormes mercedes y me ennoblecieron, que en lo adelante me llamara Don, y fuera Almirante Mayor de la Mar Océano, y virrey y gobernador perpetuo de todas y cada una de las islas y continentes que descubrí y conquisté, y en lo adelante fue descubierto y vencí en el mar océano, y de este modo me sucedió mi hijo mayor, y de esta manera punto por punto por los siglos de los siglos. Y salí de Granada a los 12 días de mayo del mismo año de mil cuatrocientos noventa y 2, en sábado. Llegué a la localidad de Palos, que es puerto de mar, donde armé tres barcos muy capaces para tal acto, y salí de tal puerto bien proveído de muchas provisiones y varios marineros, a tres días de agosto. dicho año, un viernes, media hora antes de la salida del sol, y tomé el sendero de las Islas Canarias de Vuestras Altezas, que están en tal mar oceánico, para tomar de allí mi ruta y andar hasta llegar a la India, y dio a estos príncipes el mensaje de Vuestras Altezas, y cumplió lo que me mandaron; y de ahí que pensé en redactar todo este viaje muy puntualmente del día a día, todo cuanto hice y vi y pasó como se va a ver mucho más adelante. Asimismo señores príncipes, aparte de redactar cada noche lo que va a pasar el día, y el día lo que navegará la noche, pretendo realizar una exclusiva carta de navegación donde coloco todos y cada uno de los mares y tierras del océano transformados en mar en sus sitios adecuados. , bajo su viento, y mucho más, crear un libro, y reparar todo pintando, por latitud de los equinoccios y longitud del oeste; Y más que nada es muy gratificante que me olvido de reposar y estoy muy tentado a andar por el hecho de que es así como se cumple, lo que será un enorme trabajo.

«Creen Vuestras Altezas que son tan buenas y fértiles estas tierras, y en especial las de esta isla de la Hispaniola, que no hay persona que lo logre decir, y absolutamente nadie lo puede opinar si no supiese ver. Y creed que esta isla y todas las otras son vuestras tanto como Castilla, que aquí nada falta sino más bien un taburete, y mandadles que hagan lo que les plazca, por el hecho de que con esta gente que traigo, no son bastantes, a todos y cada uno de los invadiría. estas islas sin ofender, por el hecho de que de estos marineros solo he visto tres desembarcar, y había varios de estos indios, y alguno podía llevarlo a cabo sin estimar hacerles daño. No tienen armas, y están todos desnudos y sin ningún sentido de las armas, y tan cobardes que mil no guardan tres; Y de este modo son buenos para labrarlas y hacerlas correr, cultivar semillas y llevar a cabo lo que sea preciso, y crear ciudades y enseñarles a caminar con ropa y nuestras prácticas”.

Cristóbal Colón

Referencias:

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