¿Recuerdas esas listas de temas sobre el carácter y el accionar de los suecos que nos dejaron advertirlos a km de distancia? Meses atrás les revelé ciertos de ellos: Como son los Suecos – Parte I, Como son los Suecos – Parte II, Como son los Suecos – Parte III. Aquí viene la cuarta una parte de De qué forma son los suecos.
Caballo Dalarna en Suecia Fotografía: Israel Úbeda / sweetsweden.com
Prácticas suecas
Lejos, cerca del círculo polar ártico, los suecos se hacen pasar por suecos y te dejan escapar del Meet, de la protección de la tribu, fuera. Te dejan en la habitación tal y como si fueses un hámster (por el hecho de que te debes comer los silbatos).
Seguramente en las comunidades se ha exagerado esta práctica, en tanto que hay familias que invitan y otras que no, zonas donde son mucho más tendentes al individualismo atávico y mesas de hospitalidad desprendida. Pero sabiendo cuántos suecos han reaccionado a la protectora, semeja que tiene alguna base.
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El afán de agradar, la intimidación atrevida, la intromisión por exceso de seguridad… Nos juegan una mala pasada, aquí las diferencias culturales son vitales.
“Me puse en la piel de cada uno”
Tras tres días de contacto y de ganarse su seguridad, Awka les contó cuál era su iniciativa: “Ciertos accedieron, otros no, tenían temor de charlar o expresarse en frente de la cámara, más que nada tenían temor de ser vistos en Marruecos”. Tras persuadirlos, el directivo tomó uno en la época de diciembre de 2018. cada semana, “esto es, me coloco en sus zapatos.”
Awka tiene clara la lección que ha aprendido de la convivencia: “Aprendí de los jóvenes que jamás hay que evaluar a un individuo por su fachada; asimismo que en esta vida jamás hay que perder la fe y la promesa y que hay que batallar hasta conseguir lo viable y lo irrealizable en la vida.”
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