Panticosa Spa Hotel es un espacio único, la multitud queda maravillada con sus instalaciones, habitaciones de mucho lujo a la perfección pertrechadas, servicio de alta definición y asimismo contentísima pues ha podido emplear sus vales del cien%
Ordenar unas vacaciones cortas no No debe ser algo largo y difícil. Aragón está repleto de sitios que tienes que conocer y solo precisas aproximadamente unas horas y ganas de conocer nuevos rincones.
El día de hoy te planteamos una pequeña fuga a las Termas de Panticosa, ubicadas a 2,5 horas en vehículo de Zaragoza, en pleno Pirineo aragonés.
Circuito termal
El circuito termal de Panticosa que ofrecen incluye una piscina exterior (la sensación de estar sumergido en agua ardiente mientras que contemplas los picos neviscados que te cubren es increíble) y las habituales baños turcos y baño turco Naturalmente, asimismo hay una sauna. Proponen una extensa variedad de tratamientos y masajes de todo género: con chocolate, ganglios linfáticos, geotermia, de deportes… Si andas esquiando en la próxima estación de Formigal o en Panticosa, nada superior que uno de estos tratamientos en el objetivo del día.
El Balneario de Panticosa no solo está abierto a mayores. Puedes ingresar con tus hijos en horario limitado de 2 a siete de la tarde. Si te alojas en el hotel tienes costes particulares de lunes a viernes y últimos días de la semana.
Pero, ¿y el hotel?
Vamos por partes: les charlaré de las habitaciones. En el momento en que llegas al centro te da la impresión de que todo tuvo un pasado glorioso hace unos años y que pese a bastante potencial tiene alguna atmósfera decadente. Pese a ello, todos estos datos se sobreponen debido al buen trato del personal, que indudablemente está pendiente de la situación pero tratando que vuestra estancia sea lo mucho más interesante viable.
En el momento en que llegas a la recepción, no tienes idea verdaderamente qué una parte del complejo turístico te va a tocar. El centro tiene 2 hoteles: el Enorme Hotel y el Hotel Continental, diseñados por Moneo. En mi caso, contamos el Hotel Continental I, que está a mano derecha al llegar y, a propósito, es el mucho más bonito arquitectónicamente. La habitación del segundo piso tenía (afortunadamente) vista al pequeño (y caudaloso) río que baja por la ladera este del viejo circo glaciar, con increíbles vistas de las cataratas y los picos de sobra de 3000 metros que asoman arriba.
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