La aerofobia o ansiedad en un vuelo es un trastorno que se expresa con asaltos de pánico y otros síntomas paralizantes. La intensidad de este temor anula la intención de quien lo sufre, que se transforma en una víctima inútil de sobrepasar la exposición al vuelo.
Cuídate de la mejor forma
¿No sería excelente que con un baño de burbujas te pudieses deshacer de todas y cada una de las intranquilidades y nervios que tienes en el momento en que viajas? Hacerte las uñas o pegarte un atracón de series puede ser entretenido, pero no es la mejor forma de cuidarse o calmar la ansiedad que genera un viaje. Todos estos consejos redundan en lo mismo: en cuidar a uno mismo (y no quiero decir que continuar bastantes consejos de Pinterest, sino más bien a cuidarse de una forma real). Sostener el contacto con tus conocidos cercanos de manera frecuente, sostener tu cuerpo sano con buena comida y ofrecerte tiempo para pensar y regresar a centrarte son puntos indispensables para una aceptable salud psicológica. Inquietarte por tu aspecto, tu nutrición y tus relaciones es la clave, tanto en los viajes como en otra situación. Si sientes que te desvaneces o no te sientes bien, solicita asistencia. O mejor aún: charla con otros pasajeros. A lo destacado ellos asimismo se han sentido en algún momento como tú y tienen la posibilidad de guiarte a salir adelante.
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Titular de adentro
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¿Y de qué forma eludir esta situación? Con la estrategia de los cinco sentidos
La estrategia de los cinco sentidos es una activa realmente simple, que marcha bajo la propuesta del cambio de atención; o sea, vamos a tratar regentar responsablemente la atención hacia otro sitio con un ejercicio que nos sostenga el bastante tiempo fuera del bucle, para evitar que la ansiedad se acreciente.
Para poner en práctica la estrategia de los cinco sentidos, hay que:
4 consejos en el caso de acceso de pánico
- Respirar relajado y pausadamente: inspirar, sostener y exhalar. Esto ha de ser retardado y progresivo, para eludir el peligro de hiperventilación. El aire se transporta a los pulmones (no a la panza), sosteniendo el aire pero sin ponerse azul, afirma el especialista con algo de humor pero para aclarar que no es necesario quedarse sin aire, y exhalar lo mucho más extendido viable.
- Ver una escena de relajación. Puede ser una imagen del destino, las cosas que uno va a recorrer, las cosas que uno comprará. Asimismo puede ser útil ver que uno está en un bosque, en un lago.
- Charlar a quien está al costado. Al no charlar, uno comienza a concentrarse en todos y cada uno de los síntomas fisiológicos. No es necesario charlar de algún tema concreto, más allá de que se puede comentar que uno tiene temor. Esto lo que consigue es recobrar la respiración.
- Comentarle a la auxiliar que uno está asustado. No es necesario decirlo en oposición al resto de los usuarios, pero se puede soliciar charlar en un espacio apartado y comunicarlo.
- Rememorar que el acceso de pánico no dura mucho más de 5 minutos. Es posible que después vuelva a mostrarse, pero no va a durar 14 horas.
La auxiliar no está capacitada para regentar tranquilizantes, tal como el sicólogo tampoco debería señalar medicación. “No es obligación de la tripulación de cabina tener herramientas para contribuir a un individuo con un acceso de pánico. Pero en ocasiones con que la auxiliar te hable y te explique cuanto quieras comprender, indudablemente va a ser bastante para calmarse”, meditó el sicólogo.
Entiende a tu cuerpo
Mujer con ademán de ansiedad/Fotografía: Unsplash
Antes de ofrecerle vueltas a cantidades y a la seguridad de los aparatos, centra los pensamientos en entender qué le pasa a tu cuerpo frente al hecho de volar o subir a un avión. ¿Por qué razón te manda esas señales de alarma y se te hace más rápido el pulso tal y como si algo malo fuera a pasar? No es nada extraño.
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