El pasado fin de semana se causó una catástrofe en el planeta taurino en el momento en que el torero Víctor Vecindario murió a lo largo de la corrida de toros en la plaza de toros de Teruel tras ser empalado en el pecho.
No obstante, la vida de Vecindario no es lo único que hay que lamentar, en tanto que según la tradición taurina, si un torero pierde la vida en el ruedo, el ganadero al cargo del animal está obligado a sacrificar a la madre del toro y a su descendencia.
¿Qué medidas se toman para eludir la desaparición de un torero en una corrida?
En las corridas de toros, los toreros están expuestos a un enorme riesgo. A pesar de que los toreros son deportistas enormemente calificados, siempre y en todo momento existe la oportunidad de muerte o lesiones graves. Por este motivo, se toman distintas cuestiones de inseguridad para reducir estos peligros.
Entre las medidas mucho más esenciales es la utilización de capotes y muletas para distraer al toro de la presencia del torero. Además de esto, los toreros asimismo utilizan trajes rápidos, ajustados y coloridos, lo que les posibilita eludir al toro. Los toreros asimismo usan una técnica llamada «llamada» para atraer al toro y eludir sus embestidas.
¿Los toros se hieren montando los toros?
Una investigación comparativo mostró que mucho más del 70% de los toros corcoveados tenían lesiones musculoesqueléticas en comparación con el 46% de los toros que no corcovean en los rebaños. Los toros que corcoveaban tenían 13 ocasiones mucho más posibilidades de desarrollar anomalías de la salud de la columna que los toros que no corcoveaban y tenían mucho más posibilidades de desarrollar inconvenientes de cuernos.
Los enormes matadores del siglo XX fueron los mexicanos Rodolfo Gaona, Armillita (Fermín Espinosa) y Carlos Arruza, y los españoles Belmonte, Joselito, Domingo Ortega, Manolete (Manuel Rodríguez) y El Cordobés (Manuel Benítez Pérez).
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