¿Cuáles son las claves sicológicas de esta historia? ¿Te sientes dormido en tu relación? ¿Protegido o encerrado? ¿Sientes que la vida aflora en tu relación o sientes la lentitud del día a día, un vacío existencial? ¿Conoces el beso del despertar? ¿Le agradaría un nuevo comienzo en su historia o preferiría reposar como siempre y en todo momento en su hermosa cama? ¿Has rechazado a un príncipe en tu vida? ¿De qué manera sabes que es un príncipe? ¿Vives súper protegido? ¿Qué precisa verdaderamente la princesa?
Si observamos mucho más de cerca el cuento de hadas de la Hermosa Yacente, observamos que brotan elementos significativos:
De nuevo estamos con una historia arquetípica y con un personaje principal imbécil que queda atrapado en el dispositivo de la historia Las trampas que tienden tienden muy de forma fácil, con la desesperación de los pequeños que no tienen la posibilidad de entender (no ellos mismos) estos fallos monumentales y predecibles que los llevan a ocasiones peligrosas y angustiosas.
Lo mismo le pasó a Caperucita Roja, a quien su abuela no podía distinguir de un lobo peludo, o a Blancanieves, que cayó tres ocasiones consecutivas en las ramplonas trampas que le había tendido su madrastra, o Cenicienta, que las otras mofas que le trajeron, no cuestionadas. sus hermanastras lo hicieron. Bueno, la Hermosa Yacente de nuevo exhibe signos de una estupidez innata que se ve en la mayor parte de las heroínas de los cuentos de hadas.
Es una historia que aparece de la tradición oral y después se redacta transcurrido el tiempo y de ahí que hay tantas ediciones. Pero los mucho más populares son nuevamente los completados por Hables Perrault y después por los hermanos Grimm, con ligeras variantes entre ellos. Por poner un ejemplo, Perrault relata ocho hadas asistiendo a su nacimiento para ofrecerle a la pequeña un grupo de atributos, y los Grimm charlan de 13 para ofrecerle a ese número una connotación supersticiosa.
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