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¿Cómo le cortaron la cabeza a María Antonieta?

María Antonieta charló en contraste con Luis XVI. no a sus viejos súbditos. Los ayudantes de Sanson la pusieron en la tabla de madera de su guillotina y sostuvieron su cabeza con una abrazadera con apariencia de media luna. Unos segundos después dejó caer su espada, que le cortó la cabeza de un solo golpe.

tenía 37 años en el momento en que murió. Desde los 14 años estuvo casada con Luis Augusto Borbón, Duque de Berry y Majestad Cristianísima de Francia y Navarra. Había pasado 24 años separada de su familia, frente a un tribunal que le era hostil, con sujetos que la llamaban la «zorra austriaca» (l’autre-chienne), acusada de ser derrochadora y presuntuosa, si bien lo había sido desde el momento en que se casó. fue víctima de permanentes faltas de respeto por la parte de la aristocracia de Versalles.

Tras tres años de matrimonio, gaste su matrimonio inmediatamente antes de ser organizada «pequeña reina». Al final medró, llevó una vida sin intranquilidades, sus jóvenes amigos prosiguieron su sendero por la vida. En ese entonces bailaba hasta el amanecer. Un final trágico se encontraba guardado para ti y la reina. La Princesa de Lamballe no solo fue asesinada en las calles, sino le cortaron la cabeza y los senos, aniquilados por una turba que demandaba su muerte. Su cadáver fue destripado y su cabeza puesta en un pincho y llevada a la Prison du Temple donde fue presa María Antonieta. Deseaban que la reina presenciara el horrible espectáculo, pero diríase que no ha podido ver de qué manera le arrebataban a su amiga.

María Antonieta

La Revolución Francesa está llena de secretos indescifrables. Entre los mucho más conocidos tiene a María Antonieta como personaje principal. María Antonieta de Austria (tenía un nombre mucho más largo, pero la versión corta servirá), era la consorte de la Reina de Francia en el momento en que reventó la Revolución Francesa. Se casó con Luis XVI. a la edad de 14 años para juntar a las dos familias (Habsburgo y Borbones), contrincantes históricas, y de manera rápida se ganó el disgusto de la corte y el pueblo franceses. Los cortesanos la veían como una extranjera que no pintaba en la corte de París -perduraba la enemistad entre ámbas familias absolutistas- y el pueblo francés la detestaba por considerarla una derrochadora. Decir esto último sería injusto para María Antonieta, puesto que todos y cada uno de los integrantes de la monarquía absolutista francesa tenían exactamente la misma reputación de peculiares. En verdad, una de las razones por las cuales la Revolución Francesa ocurrió entonces y no antes fue que la nobleza se volvió laxa en su exhibición de opulencia y egoísmo. Los monarcas y los nobles comían ocho ocasiones cada día, pero llevarlo a cabo a la visión en el momento en que los parisinos verdaderamente se morían de apetito fuera de las puertas del palacio era bastante. María Antonieta fue guillotinada en 1793, meses una vez que el rey de Francia fuera guillotinado tras estar preso en múltiples palacios y cárceles a lo largo de tres años. A lo largo de su cautiverio, procuró huír múltiples ocasiones, vio fallecer a uno de sus hijos y padeció todos y cada uno de los abusos de ella. Hasta ahí la verdad. Cuenta el mito que María Antonieta se presentó frente al verdugo el día de su ejecución con el pelo totalmente blanco. Otra versión niega que su pelo fuera absolutamente blanco, si bien diríase que era gris. La diferencia entre canas y canas no es una cuestión de matices, sino más bien vital.

Lo que en este momento entendemos es que esos que aseguraron que el pelo de María Antonieta era todo blanco inmediatamente antes de perder la cabeza estaban exagerando un tanto. Y no solo pues su pelo no era blanco nuclear, sino más bien por el hecho de que asimismo aseguraron que María Antonieta fue a prisión con el pelo bastante obscuro. Esta versión no se mantiene por el hecho de que María Antonieta, como cortesana que amaba su imagen, se realizó retratar por múltiples pintores a lo largo de años y ahora aparecía con canas en varios de sus cuadros. Ahora tenía canas, y muchas. En otras expresiones, María Antonieta no pasó del pelo obscuro al blanco de un día para otro. ¿Suprime esto la imagen de la emperatriz cana inmediatamente antes de perder la cabeza? De nada. Posiblemente en el momento en que subió a su andamio tuviese muchas canas, e inclusive mucho más que la última vez que se la vio. ¿De qué forma es eso viable? Quienes han estudiado el tema afirman que María Antonieta ha podido haber sufrido un episodio de alopecia areata, quizás el tipo extraño de alopecia menos popular. Si bien no se saben las causas, lo que sí se conoce es que hablamos de una patología autoinmune que agrede los folículos pilosos, inutilizándolos. Pero no agrede al mundo entero, es selectivo y frecuenta dejar solos los pelos que perdieron su melanina, esto es, las canas. Este fenómeno haría que su pelo se volviese blanco, pero no por un cambio repentino de color, sino más bien pues el pelo teñido se caería, dejando solo canas en su cabeza. Esta teoría encaja con perfección con el episodio de su publicación, puesto que María Antonieta habría perdido los pocos pelos que no le quedaban canos, dejándola con la melena blanca de la que se charla. Mitad mito o situación exagerada, la verdad es que este episodio dió nombre al síndrome de María Antonieta, asimismo llamado canicie súbita, que se refiere al cambio repentino en el aspecto del pelo debido al desarrollo que hemos explicado.

¿Qué ocurrió con los cadáveres a lo largo de la Revolución Francesa?

El cementerio se empleó para los cuerpos de las víctimas de la guillotina tras el cierre del cementerio de Madeleine.

Antes de la Revolución, los cementerios en Francia pertenecían a la Iglesia Católica, mucho más en concreto a las comunidades eclesiásticas. Antes de la revolución en París, había 52 cementerios registrados en la localidad. Inmediatamente antes de la revolución, en torno a 1785, la situación en París empezó a cambiar. El gobierno empezó a desenterrar los varios cementerios de las iglesias de París. Se pensaba que las tumbas poco profundas representaban una amenaza para la salud de la región. Los restos de todas y cada una estas personas fueron trasladados a eso que en este momento son las Catacumbas de París.

«Perdono a los que son la causa de mi muerte y me declaro inocente de todos y cada uno de los cargos que se me imputan.»

Entonces se puso al monarca sobre la tabla de madera de la guillotina, se puso una abrazadera con apariencia de media luna cerca de su cuello para sostener su cabeza en su rincón, tras lo que fue ejecutado inmediatamente. Según ciertos cuentos, la cuchilla no le cortó el cuello, sino le cortó la parte de atrás de la cabeza y la mandíbula.

La ejecución se hizo en la Place de la Revolucion (en este momento Place de la Concorde), antes famosa como Place de Louis XV. (La monarquía francesa, que había durado mucho más de 1.000 años, había terminado.)

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