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¿Qué tomar para ansiedad en el avión?

Harry Campos Cervera, un veterano psiquiatra, enseña en Temor a los aeroplanos que la sustancia mucho más usada son los calmantes benzodiazepínicos, un género de tranquilizante «muy fuerte». Los más habituales son el clonazepam y el alprazolam, cuyo propósito es achicar el temor a volar.

Es el sueño de prácticamente todas la gente con temor a volar: Subir al avión y tomar una pastilla para reposar y despertar tras arribar. La verdad es que hay múltiples fármacos que tienen la posibilidad de contribuir a aliviar la ansiedad e inclusive hallar que duermas un tanto a lo largo de unas horas. No obstante, solo tienen que tomarse según las advertencias de un médico. En esta nota disponemos al Dr. Harry Campos Cervera*, médico psiquiatra y integrante titular en calidad de didáctico de la Asociación Psicoanalítica Argentina (APA), entrevistado para explicarnos qué medicamentos son los mucho más empleados, qué dosis y qué cautelas tomar.

Temor a volar: ¿Cuál es la medicación mucho más sugerida para alguien con temor a volar?

Aprende a admitir el pavor y la ansiedad

La primera cosa que tienes que saber sobre la “ansiedad de viaje” es que estudiar a admitir las primeras señales de alarma es primordial. Todos estamos alterados ocasionalmente, pero en ocasiones los receptores de nuestro entendimiento no argumentan adecuadamente y los nervios se multiplican ocasionando un auténtico desequilibrio o aun pavor. Es tal y como si tu cuerpo y tu cabeza sintiesen que andas en riesgo real en el momento en que de todos modos todo va bien a tu alrededor.

Asimismo es esencial comprender que no es exactamente lo mismo tener un ataque de ansiedad que tener un acceso de pánico. Los asaltos de ansiedad tienden a ser de corta duración y sus síntomas son menos graves, como: B. taquicardia o respiración acelerada. Suelen suceder veloz y las afecciones son provocadas por un aspecto de afuera. No obstante, en el momento en que tiene un acceso de pánico, en general no hay una causa concreta y es bastante menos predecible. Son ocasionados ​​por un problema médico mental y no son una contestación «habitual» al agobio. Posiblemente tenga dolores en el pecho, o sienta náuseas o mareos, pero posiblemente esté bien físicamente. Si en algún momento tuvo una convulsión como esta mientras que volaba, viajaba o viajaba, probablemente haya creado un temor a viajar, si bien no hay conexión entre las conmociones y viajar.

Charlemos de los desencadenantes

Lo que frecuenta desatar los asaltos de ansiedad en pleno vuelo son datos que tienen la posibilidad de ofrecer la impresión de que algo anda mal. Por poner un ejemplo, el cinturón de seguridad apunta un abotonado inesperado, el conduzco comunica una viable turbulencia por el altavoz, o algo tan sutil como un cambio en el accionar de la tripulación de vuelo.

En el momento en que nuestra cabeza siente que no nos encontramos seguros, incrementa la hipervigilancia para hacernos sentir mucho más seguros. Paradójicamente, esto nos hace mucho más atacables a probables amenazas.

¿Qué es la aerofobia?

El temor a volar no se fundamenta únicamente en la oportunidad de un incidente, sino hay diversas razones para esta fobia famosa como aerofobia. Los primordiales fundamentos que tienen la posibilidad de ocasionar pavor al volar son temor a las alturas, temor a caer, falta de control sobre lo que pasa, temor a los espacios cerrados, padecer sensación de vacío, temor a no sentirse conectado con la tierra, padecer pavor algún género de ataque o quedar atrapado e inclusive padecer algunos inconvenientes de seguridad.

Esta fobia puede conducir a quienes la sufren a decantarse por no conocer a sus familiares o amigos o por no ir de vacaciones sencillamente por el hecho de que el temor es mayor y termina por abrumarlos. Pero esta restricción no termina aquí puesto que asimismo puede perjudicar a la vida profesional en el caso de que haya que efectuar viajes en avión.

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